En las últimas horas se conoció una foto impactante del registro de los cerca de 500 barcos extranjeros que se hallan operando en la denominada "milla 201", un área situada fuera de las 200 millas náuticas de la jurisdicción exclusiva de Argentina.
En su mayoría, los barcos que aparecen en la imagen son poteros, especializados en la captura masiva de calamares, Sin embargo, también se observan buques arrastreros, que no solo se dedican a la pesca de calamares, sino que arrasan con el lecho marino capturando especies como el abadejo y la merluza, exacerbando el impacto ecológico en esta franja marina.
El problema de la pesca en la "milla 201" es un asunto complejo que afecta a Argentina, al igual que a otros países costeros. La legislación internacional establece que más allá de las 200 millas náuticas, la pesca y otras actividades son consideradas en la llamada altamar, un área donde rige el principio de libertad. Esto implica que Argentina, al igual que otras naciones, carece de la capacidad jurídica y las herramientas legales para imponer regulaciones sobre las embarcaciones extranjeras que operan en esta zona.
El único que tiene competencia para establecer determinadas obligaciones en las embarcaciones que pesquen allí, y controlar que se cumplan, es el estado de abanderamiento de cada buque.
Esta situación pone de manifiesto la urgencia de reformas a nivel internacional para regular de manera efectiva la pesca en las zonas más allá de las 200 millas, protegiendo tanto los recursos marinos como los intereses de los países que dependen de ellos para su desarrollo económico y la conservación de sus ecosistemas marinos. La falta de herramientas legales para sancionar estas actividades descontroladas sigue siendo una de las grandes preocupaciones en el ámbito de la pesca y la protección de los océanos.