SPI Astilleros y el Grupo Conarpesa presentaron oficialmente los buques pesqueros S. Tenorio y J. Barreiro durante una ceremonia de bautismo de mar realizada en el Puerto de Mar del Plata. El acto reunió a empresarios, trabajadores, dirigentes sindicales, autoridades nacionales y representantes de la industria naval y pesquera.
Las dos embarcaciones, de 20,90 metros de eslora, 7,40 de manga y 3,27 de puntal, fueron diseñadas por el equipo de ingeniería de SPI Astilleros y equipadas con tecnología de última generación. Su construcción significó empleo y producción nacional, y ahora se suman a la flota de Conarpesa.
El bautismo de mar, que marca el primer contacto de las embarcaciones con el agua tras superar las pruebas de navegación, fue también escenario para el reconocimiento a referentes del sector. SPI distinguió al cuerpo de inspectores de la Prefectura Naval Mar del Plata, a Diego Barreiro y a Juan Vieitez por su aporte en distintos proyectos. Además, se entregaron obsequios a Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, y a las familias Tenorio y Barreiro, en cuyo honor fueron bautizados los buques.
La presidenta de SPI Astilleros, Sandra Cipolla, destacó la importancia del proyecto y subrayó que la construcción de barcos “es sinónimo de trabajo, producción y compromiso con el desarrollo nacional”. Por su parte, Fernando Álvarez Castellano expresó su orgullo por este nuevo paso de la compañía en el marco de los 30 años al frente de Conarpesa: “La industria naval significa más empleo, más seguridad y más riqueza para el país. Estos barcos son nuestro granito de arena para seguir creciendo”.
El ingeniero Horacio Tettamanti, socio fundador de SPI, resaltó que “la construcción de un barco no es solo un hecho económico, sino un acto de pasión y de fe”, en alusión al esfuerzo de quienes apuestan por la producción en contextos desafiantes.
El evento incluyó la bendición de las embarcaciones a cargo del padre Miguel Cacciuto, de la parroquia Nuestra Sagrada Familia, el tradicional corte de cintas y la botadura final, cuando los barcos tocaron el agua entre aplausos y bocinas. La jornada se completó con música en vivo y la proyección de un video sobre el proceso de construcción.