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El congelador tangonero Entrena Dos quedó a la deriva desde el viernes, sin motor y en medio de un panorama cada vez más desesperante. A bordo, 25 tripulantes aguardaban con angustia alguna señal de auxilio. La empresa armadora había gestionado que el buque Centauro 2000, un merlucero de altura que navegaba cerca de la zona, acudiera en su ayuda. Todo parecía encaminado… hasta que de acuerdo a lo relatado por la propia armadora ocurrió lo impensado.
El capitán del Centauro 2000, José Lombardo, se negó a iniciar el rescate sin antes asegurar un beneficio económico personal. Según indicaron desde la la misma empresa armadora a Mar&Pesca, la suma millonaria que exigía no era para compartirla con su tripulación, sino para él mismo. Incluso llhabría advertido que sólo iniciaría el auxilio cuando la empresa le enviara el comprobante del depósito.
En un audio que llegó a este medio queda expuesto el frío cálculo con el que condicionó el salvataje, anteponiendo el dinero a la vida de los 25 marineros en peligro.
“No me voy a poner en frecuencia compañero hasta que no me llame tu armador, amigo porque yo stoy a 100 millas tuyo y hay un pronóstico malísimo, loco y yo no me voy a agarrar el temporal en la boca del golfo con vos a remolque si no arreglo los números antes, amigo, así que decile a tu armador que se ponga en contacto conmigo y yo arriesgo la vida, el barco y la tripulación si arregló los números. Si no, perderé el trabajo pero no me voy a poner en riesgo, Compañero, disculpame”, dice la grabación enviada al capitán del Entrena Dos, quien en plena emergencia apenas podía creer lo que escuchaba.
Ese audio —que este portal pone a consideración de sus lectores— será prueba clave para entender la dimensión de lo ocurrido en medio del mar.
Mientras la negociación se estancaba y la solidaridad “hacía agua en el mar”, la situación de los tripulantes empeoraba con el correr de las horas. Fue entonces cuando apareció el Don Cayetano, otro fresquero que navegaba en la zona. Sin dudarlo, su capitán se ofreció a remolcar al Entrena Dos. La maniobra de enganche se concretó durante la noche del sábado y, pasadas las nueve de la mañana del domingo, el Entrena Dos finalmente llegó a salvo al puerto de Puerto Madryn.
Casi en simultáneo, el Centauro 2000 también atracaba, apenas a 50 metros de la nave que había rehusado rescatar sin antes “arreglar los números”.
Hoy la indignación recorre los muelles: el capitán Lombardo podría ser denunciado en las próximas horas por abandono de persona, un delito gravísimo que expone la vulnerabilidad de quienes confían su vida al mar.
La negativa del capitan del Centauro 200, hay que decirlo deja una lección brutal, en el mar la vida no puede esperar a un comprobante bancario.
El Centauro 2000 atracó a 50 metros del Entrena Dos
La alegria de los tripulantes del Entrena Dos al llegar a puerto.