Puerto Deseado vive días de expectativa ante la inminente llegada del buque congelador merlucero API VII, perteneciente a la empresa Iberconsa, que tiene pedido de giro confirmado para el próximo 23 de septiembre. La embarcación arribará con más de 700 toneladas de materia prima, en su mayoría merluza, acompañada de una proporción mínima de fauna acompañante.
El arribo del API VII significará un respiro para la actividad portuaria, en momentos en que la ausencia de tangoneros golpea de lleno a los trabajadores que dependen de las descargas del preciado crustáceo para sobrevivir en una localidad minada por el desempleo.
“Lamentablemente Deseado quedó fuera del mapa con el corrimiento del langostino hacia el norte y es muy arriesgado meter un barco porque da pérdida. No hay reducción de tasa portuaria que compense los días de navegación perdidos. Un barco es una unidad de producción: sale a pescar para producir, no para perder tiempo”, explicó a Mar&Pesca un armador, graficando lo complejo que resulta hoy descargar en el puerto local.
De todas formas, la esperanza está puesta en que, en los próximos días, una vez finalizada la temporada de langostino, los tangoneros comiencen a regresar en masa. “Y no será por ninguna gestión política, será por una cuestión natural: los buques que tienen asiento en Deseado deben volver. Lo aclaro porque acá todo se mira y se especula, y apenas llegan los barcos ya aparecen los políticos queriendo adueñarse de un logro que no es tal, porque los barcos tienen que regresar”, remató con ironía el armador.