El malestar entre armadores y trabajadores portuarios de Caleta Paula va en aumento. Denuncian el deterioro de la terminal marítima, la falta de mantenimiento y lo que consideran una serie de maniobras políticas y promesas vacías por parte de las autoridades.
De aquella infraestructura que años atrás prometía competir con el puerto de Puerto Deseado, hoy —según los testimonios recogidos por Mar & Pesca— apenas queda una sombra. “Tambores con aceite y desechos de sentina permanecen abandonados, las bolsas de residuos se acumulan por todo el predio. Aquí hay mucho enojo, porque los funcionarios están más preocupados por salir en las fotos y repetir que todo está bien, cuando la realidad es otra”, expresó un trabajador del puerto.
En tanto un armador señaló además que “echaron del puerto a la empresa que hacía los servicios de sentina para poner a otra, que dicen es de un pariente del Gobernador. Somos rehenes de los negocios que hacen los políticos; no importa el partido, todos terminan arreglando entre ellos mientras el puerto se cae a pedazos”, se quejó.
Pedidos de dinero
A los problemas estructurales se suman los reclamos por supuestos pedidos de dinero a las empresas. Según relataron los trabajadores, los funcionarios anunciaron la reactivación de una balanza, pero luego comenzaron a solicitar aportes económicos a las mismas empresas armadoras para pagar a los pesadores. En ese contexto un armador relato que "hay funcionarios que se abusan: a una tuvimos que pagarle el sándwich, el hotel y el combustible. No es que nos quejemos, si hay que pagar se paga pero, estos funcionarios son impredecibles, mañana capaz que nos piden plata para otra cosa, como pasó en Deseado, donde uno fue denunciado por pedirle ocho millones a una empresa de estiba”, detalló el armador indignado.
Promesas difíciles de cumplir
Las promesas oficiales también generan desconfianza. En los últimos días se habló de la llegada de un buque portacontenedores —pese a que el calado del puerto no permite recibir embarcaciones de ese tipo— y de dos poteros que arribarían la próxima semana, aunque la zafra del calamar recién comienza en enero.
Como si eso fuera poco, otro estibador apuntó contra el uso político de los cargos dentro del puerto. “Un funcionario habla de reparación histórica y acomodó a su sobrino en un puesto inventado. Será la reparación histórica para su familia, porque el puerto nunca estuvo tan mal”, ironizó. Y agregó: “Mientras nosotros cobramos un jornal de hambre, ellos se las ingenian para vivir de curros”.
En medio de la basura acumulada, los rumores y las falsas promesas, el puerto de Caleta Paula no quiere dejarse vencer, es por eso que armadores trabajadores piden menos chamuyos de funcionarios ineptos y más políticas de Estado para una verdadera reactivacion.