La actividad pesquera en Santa Cruz vuelve a quedar envuelta en sospechas. Según distintas fuentes del sector, la captura de merluza en la provincia se habría convertido en un territorio opaco donde, presuntamente, todo tipo de irregularidades son posibles. En ese marco, señalan que parte del recurso —considerado un bien social destinado a sostener la actividad local— habría sido trasladado sin procesar hacia Mar del Plata, beneficiando a un puñado de empresarios.
Las denuncias surgieron en medio de la convulsión política que atravesó la provincia antes y después de las últimas elecciones. Según pudo reconstruirse, al menos 4 buques habrían estado pescando sin permiso, amparados en “autorizaciones especiales”, mientras desde el gobierno provincial destacaban como un logro histórico las toneladas de merluza obtenidas tras negociaciones en el Consejo Federal Pesquero.
Un trabajador de una planta pesquera relató que la maniobra habría sido posible gracias a la falta de controles:
“Metíamos una hilera de HG y todo el pescado sin procesar iba al fondo. Así se pescaba. No sé si engañaron a la secretaria de Pesca, Stefy Grant, o qué pasó, pero las desprolijidades que la hicieron cometer no tienen nombre. Y encima aparecía en las fotos mientras otros le sacaban el pan de la boca a cientos de familias que viven de la pesca”, dijo categórico
Por su parte, un armador reconoció los serios desafíos que enfrenta la funcionaria.
“La pusieron en un cargo complicadísimo y la verdad es que no tiene idea de cómo funciona la actividad. En Caleta estaba enfocada en poner apuntadores en la descarga de los fresqueros, pero no advirtió que para que un buque salga a la pesca necesita permiso, y que la merluza no puede salir entera de la provincia porque ese bien social termina convertido en un negocio para unos pocos”, señaló al advertir que Grant “tiene un nulo conocimiento de la normativa vigente”
Los buques mencionados en las acusaciones son el Norman, el Antón. el San Salvador II y el Viernes Santo, operados por empresas que, según las fuentes consultadas, habrían realizado un negocio “redondo” enviando el pescado sin procesar a Mar del Plata.
Mientras crecen los pedidos de explicaciones y de controles más estrictos, el sector pesquero de Santa Cruz vuelve a quedar bajo la lupa por prácticas que, de confirmarse, vulneran tanto la normativa como el sustento de las plantas locales y sus trabajadores.