El presidente de la Cooperativa de Pescadores y Recolectores Artesanales de Comodoro Rivadavia, Javier Eduardo Toledo, expuso ante el Concejo Deliberante una profunda preocupación por la falta de respuestas oficiales y por la exclusión del sector en la toma de decisiones vinculadas al desarrollo marítimo de la ciudad.
Según señaló, las familias dedicadas a la pesca artesanal “llevan años luchando por la regulación de permisos y por el acceso real a políticas públicas que deberían impulsar la actividad”.
Fondos millonarios sin información pública
Toledo cuestionó especialmente el funcionamiento de la Agencia Comodoro Conocimiento, que —según afirmó— dispone de un área destinada al desarrollo del mar que administra “millones anuales cuyos destinos no son informados a la comunidad”.
También expresó dudas sobre la entrega de aportes no reembolsables y sobre la falta de claridad respecto del trabajo articulado con el sector pesquero artesanal: “No sabemos en qué se gasta la plata ni con quienes trabajan”, denunció.
A esto sumó inquietudes sobre otros organismos vinculados al litoral costero, como el Instituto de Desarrollo Costero y el Área Protegida Rocas Coloradas, señalando la ausencia de informes públicos y de inversiones visibles en control, seguridad o infraestructura básica.
Un sector que sostiene a más de 160 familias
El presidente de la cooperativa recordó que la actividad artesanal —compuesta por pescadores de orilla, pulperos, recolectores y trabajadores con bote— sostiene a más de 160 familias en Comodoro Rivadavia, que “trabajan todos los días, pagan impuestos y no reciben respuestas”.
Entre los reclamos más urgentes, Toledo pidió que se contemple al sector en el presupuesto municipal del próximo año, especialmente para la creación de una pequeña planta de procesamiento que permita disponer de residuos de pescado de manera segura, evitando riesgos sanitarios y laborales.
Permisos, controles y trabas burocráticas
El dirigente denunció que, pese a los intentos del sector por regularizarse —incluyendo la conformación de seis cooperativas en distintos barrios—, la actividad enfrenta constantes obstáculos administrativos y controles que impiden trabajar con normalidad.
Aseguró que las autoridades provinciales y municipales, tanto actuales como de gestiones anteriores, no han dado respuesta a las solicitudes de permisos, al cierre de playas, ni a los problemas recurrentes como la marea roja, que afecta cada temporada a los pescadores.
Desigualdad territorial y falta de inversión fuera de Caleta Córdova
Toledo también cuestionó la concentración de recursos e infraestructura en Caleta Córdova, mientras que —según indicó— los 60 kilómetros de costa de Comodoro permanecen sin desarrollo:
“Todos los años la fiesta del pescador es allá, los puestos están lindos... ¿pero por qué no podemos tener un espacio de venta para todos los pescadores de Comodoro, un lugar donde ofrecer nuestros productos a precios justos?”
Proyectos frenados y un llamado urgente a generar trabajo
El referente recordó que la federación de pescadores presentó proyectos productivos a nivel nacional, incluyendo un criadero de pulpo y un cultivo de mejillones, pero que “no lograron avanzar por trabas y exigencias que desalientan la generación de empleo local”.
Asimismo, cuestionó la escasa atención política hacia un sector que provee soberanía alimentaria mediante la venta directa de pescado y mariscos frescos a los vecinos: “Solo queremos trabajar y hacer las cosas bien”.
Un pedido final: ser escuchados
Toledo cerró su intervención solicitando que el Concejo Deliberante tome cartas en el asunto y convoque al sector para discutir políticas públicas reales:
“Algo está pasando y algo estamos haciendo mal. Necesitamos transparencia, participación y que se deje de ignorar a quienes todos los días trabajamos en el mar. Gracias a quienes escucharon; esperamos respuestas”.