Se trata de Mónica Vila, la edil que se hizo viral por pedir que "los buques poteros traigan toda la fauna acompañante al puerto deseadense para evitar la depredación en el mar”. La mujer que al parecer desconocía que la pesca de los poteros se realiza de manera selectiva, se desempeña como presidente del Concejo Deliberante local, y este mes cobró su sueldo con un incremento del 60 por ciento.
El aumento también incluyó al intendente Gustavo Gonzáles en igual proporción, mientras que para el resto de los funcionarios el incremento fue del 50 por ciento.
El beneficio percibido por Vila volvió a instalarla en el centro de la polémica, "Es una vergüenza que se aumenten el sueldo los funcionarios, pero esta mujer aún más porque dejó en ridículo a Puerto Deseado", señaló un portuario que pidió anonimato.
Como se recordará, la solicitud de Vila “para que los poteros traigan toda la fauna acompañante a puerto” fue efectuada en el marco de una visita que el Consejo Federal Pesquero realizó en esta localidad el pasado 5 de marzo. Durante una reunión con los consejeros Vila se despachó con el singular pedido y fue propio el subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Liberman, quien en calidad de Presidente del órgano colegiado se tomó varios minutos de su tiempo para explicarle que los buques poteros realizan una pesca selectiva a través de maquinas llamadas poteras y por lo tanto la fauna acompañante en esas embarcaciones es nula.
“Fue un momento muy bochornoso, no sabíamos donde meternos”, relató en su momento una fuente municipal.
Luego al hacerse público el pedido, Vila desmintió su fallido y en lugar de mostrarse receptiva al conocimiento, utilizó todo el aparato estatal para realizar una campaña de desprestigio y hostigamiento sin precedentes contra esta cronista, pero, pese al empeño que pusieron para ayudarla en su cometido un par de propagandistas mediocres que trabajan en el municipio, la campaña plagada de bajezas no cruzó más allá de la ruta 281.
Es posible que la intentona le haya dejado una enseñanza, ya que, no conforme con pasear su rencor por los medios locales cautivos de la pauta oficial, la mujer ofreció testigos, pero al advertir que, de avanzar la causa los mismos podrían ser procesados por falso testimonio; no se rindió: usó la infamia y la discriminación para atacar; y acaso sin saberlo cometió un verdadero "lawfare" con todos los elementos : Dijo que recurriría a la Justicia, que pediría para esta cronista 10 años de cárcel y una multa millonaria (que no vi en sueños); y que en ese trámite ya se había reunido con el abogado del municipio “para exigir además como primera medida un pedido de disculpas” y que “se levante el artículo periodístico” donde se la mencionaba, ya que se veía “dañada en su honorabilidad".
Según relataron a este portal fuentes oficiosas, el intento de utilizar la justicia para coartar la libertad de expresión tuvo un efecto contrario; le valió el reto de un funcionario provincial de primera línea quién le habría aconsejado “no hacer papelones y ponerse a leer las noticias diarias sobre la actividad pesquera local que publica Mar&Pesca para evitar futuros bochornos”. En este punto vale preguntarse, ¿Vila le habrá hecho caso?.
Más Noticias