

Los estibadores de Puerto Deseado atraviesan un momento crítico. El parate de la flota congeladora que opera sobre el langostino, sumado al éxodo de los buques poteros que ahora pescan calamar al norte, dejó a muchas familias en una situación desesperante.
Ante este panorama, los trabajadores pidieron una reunión con la nueva ministra de Producción, Nadia Ricci, para plantearle la posibilidad de un subsidio que les permita sobrellevar la crisis. Sin embargo, la respuesta del gobierno fue, cuanto menos, insólita: en lugar de una ayuda económica, les ofrecieron un terreno en Tellier, una zona rural ubicada a unos 20 kilómetros de Deseado. La propuesta era que el sindicato construya allí un camping, pero también se hizo extensiva a los estibadores de forma individual.
Ayer, durante una asamblea, el secretario del SUEPP, Alejandro Blat, les comunicó formalmente la propuesta. La reacción de los trabajadores fue contundente. “¿Te imaginás? Muchos de nosotros ni siquiera podemos pagar el alquiler, menos nos va a importar un terreno en Tellier”, comentaron dos estibadores en diálogo con Mar & Pesca. “La verdad que el ofrecimiento cayó como un balde de agua fría. Es como si no entendieran lo que estamos pasando.”
Además del terreno, se puso sobre la mesa otra propuesta: trabajar con tres fresqueros bajo una modalidad unificada, es decir, realizar la descarga y el arranche del barco con un solo equipo de ocho personas —seis en bodega y dos en tierra— para abaratar costos a las empresas. Pero los trabajadores no están de acuerdo: “A nosotros no nos conviene. Quieren que hagamos todo con menos gente y por la misma plata.”
Según informaron, las empresas presentaron ayer una nueva contrapropuesta, que será comunicada hoy en asamblea. “Esperemos que sea algo superador”, dijeron, todavía con algo de esperanza.
Por último, los estibadores manifestaron un fuerte hartazgo con la clase política local. Al ser consultados por esta cronista sobre los rumores de una posible reunión en Buenos Aires, respondieron con dureza: “No entienden nada. Son gente que vivió y vive del Estado. La verdad es que salen a decir pavadas por las radios. A la gilada, ni cabida.”, cerraron categóricos.