

En el marco de una reunión informativa convocada por la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados, representantes de cámaras empresariales, pymes pesqueras y autoridades provinciales alertaron sobre la crítica situación que atraviesa el sector pesquero argentino. Reclaman un “diálogo sincero” con los sindicatos para renegociar convenios colectivos de trabajo que consideran desactualizados y advierten que la actividad enfrenta un escenario de paralización masiva si no se llega a un acuerdo.
Una crisis profunda que afecta a toda la cadena
Eduardo Boiero, presidente de la Cámara de Armadores Pesqueros y Congeladores (CAPECA), describió un panorama alarmante: “La situación de la industria es tan grave como la de otros sectores del país, pero sin margen de maniobra. No tenemos soluciones mágicas, solo nos queda sentarnos en una mesa a reorganizar lo que no funciona”.
Boiero aclaró que, si bien no se ha formalizado un procedimiento preventivo de crisis, ya presentaron los números a los gremios y al Ministerio de Trabajo. “La pesquería de langostino está en problemas, pero no es la única. Todo el sector necesita un reordenamiento urgente”, afirmó.
Agustín de la Fuente, representante de la Cámara Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP) y Conarpesa, remarcó que el sector genera más de 2.000 millones de dólares anuales y 60.000 empleos directos, pero no es formador de precios. “El mercado interno no es la solución. Exportamos, pero con estos costos y este tipo de cambio, nos estamos desfinanciando. Si no nos ordenamos, vamos camino al colapso”.
Costos disparados, barcos parados y empresas al límite
Desde Conarpesa, Darío Baroli fue directo: “Hoy el langostino se vende a menos de la mitad de lo que valía en 2005, pero los convenios laborales siguen atados a esa realidad pasada. No hemos podido discutir nada con los gremios. Necesitamos una actualización urgente”.
Baroli detalló que el valor de las tripulaciones representa actualmente hasta el 60% del precio de venta, cuando históricamente era del 35%. “Los barcos no salen a pescar. Si perdemos esta campaña, serán 18 meses sin ingresos ni actividad”, advirtió.
Desde el sector de las pymes costeras, Sebastián Agliano, presidente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera de Mar del Plata, sumó su preocupación: “Nos estamos fundiendo trabajando. Los insumos están dolarizados, el combustible representa el 51% del costo y no tenemos espalda financiera. Si seguimos así, vamos todos a la quiebra”.
Gremios: diálogo sí, pero sin ser la variable de ajuste
Desde el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), su secretario general Raúl Durdos reconoció la necesidad de diálogo, pero puso límites: “No podemos ser la variable de ajuste. Somos un sector estratégico que genera divisas y empleo. Queremos discutir una ley de fomento pesquero que contemple al trabajador”.
También se expresó Mariano Vilar, del Sindicato de Conductores Navales, quien coincidió en que el problema está en los costos estructurales como el precio del combustible y el aumento del derecho único de extracción.
Las provincias y el Congreso buscan destrabar el conflicto
El subsecretario de Pesca de Chubut, Diego Brandán, fue categórico: “Esta crisis no se resuelve sin diálogo y consenso”. La presidenta de la comisión, Ana Clara Romero (Pro), se comprometió a seguir de cerca la situación y abrir el espacio legislativo a nuevas instancias de trabajo entre las partes.
En tanto, Mariano González, de la Cámara de Frigoríficos Exportadores (CAFREXPORT) y UDIPA, sintetizó el reclamo empresario: “La pesca dejó de ser rentable. Nuestra estructura de costos es insostenible y necesitamos discutir de forma urgente condiciones laborales acordes a esta realidad”.