sábado 05 de julio de 2025 - Edición Nº4896

Noticias | 5 jul 2025

Humillante final: Desvinculan a Mario Orellana como administrador del puerto de Deseado y le prohíben el ingreso a las oficinas

Acusado de desviar fondos y maltratar al personal, fue apartado de su cargo. La situación derivó en un desenlace vergonzoso: Prefectura debió ser notificada formalmente para impedirle el ingreso al edificio administrativo.


Luego de semanas de tensión, el gobierno provincial decidió la desvinculación formal de Mario Orellana como administrador del puerto local. La ministra de Producción, Nadia Ricci, firmó este viernes el decreto que puso fin a la controvertida gestión del exgüinchero, quien durante el último mes se había negado a dejar el cargo pese a que ya se le había solicitado la renuncia.

Orellana tenía el “boleto picado” desde hacía varios días, incluso por decisión del propio gobernador Claudio Vidal, aunque él insistía en que contaba con su respaldo político. Esa confianza, que resultó infundada, lo llevó a resistir su salida y a atrincherarse en la sala de reuniones del puerto, impidiendo el normal funcionamiento administrativo de la terminal.

 En un episodio sin precedentes el director de la Unidad Ejecutora Portuaria de Santa Cruz, Walter Uribe debió firmar un instrumento adicional solicitando a Prefectura que impida el ingreso de Orellana al edificio administrativo, ante el temor de que pudiera causar daños o represalias ya que se negaba a entregar las llaves de algunas oficinas.

El caso tomó notoriedad pública tras la detección de presuntas maniobras irregulares que daban cuenta que Orellana habría cobrado en negro cerca de 8 millones de pesos por servicios portuarios a una empresa, solicitando el pago en efectivo. Además, se investiga la desaparición de materiales costosos destinados a reparaciones y la contratación directa de servicios sin los procedimientos legales correspondientes.

Más allá de las sospechas de corrupción, fuentes del sector denunciaron una serie de conductas autoritarias: maltratos al personal, agresiones a proveedores e incluso amenazas hacia una funcionaria de Prefectura. "Pensó que el puerto era su casa", afirmó una fuente vinculada a la actividad portuaria que pidió reserva de identidad.

La gestión de Orellana, que duró apenas unos meses, dejó consecuencias visibles. “Fue la administración más corta y caótica que se recuerde. Muchos barcos decidieron no entrar a Deseado por la falta de coordinación y seriedad, no entendía cómo funciona el puerto, se notaba a lo lejos que le faltaba sentido común”, comentó a Mar&Pesca un armador local.

En su entorno aseguran que Orellana, fanático de las carreras cuadreras, usaba el vehículo oficial para transportar forraje a sus caballos. También colocó a familiares en puestos del puerto, según trascendió.

Tras oficializarse su salida, Orellana publicó en su estado de WhatsApp un mensaje que hablaba de “revancha” y aseguraba que no lo echaron “por chorro”, aunque algunas auditorías que se llevan adelante estarían indicando lo contrario. Para muchos, fue una gestión marcada por el descontrol, la improvisación y un final que, más que sorpresivo parecía inevitable.

 

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