Los pescadores artesanales de Comodoro Rivadavia se despiden de la temporada de pulpo, una actividad que desde mayo marcó el pulso de la vida costera y el sustento de decenas de familias.
“Comenzamos a trabajar en mayo recolectando pulpo y ahora ya está finalizando; quedan pocos ejemplares”, relató a Mar & Pesca Javier Toledo, con la mezcla de nostalgia y orgullo que deja el cierre de cada temporada.
Durante los meses de trabajo, el pulpo fue más que una fuente de ingreso: representó esfuerzo compartido, largas jornadas en el mar y la continuidad de una tradición que une generaciones.
“Somos varios los recolectores que trabajamos en las costas, y este año hubo muy buenos ejemplares, por suerte”, señaló Toledo. Además, destacó la labor del grupo de recolectores de pulpo mediante buceo: “Se generó una actividad importante y todos pudimos trabajar muy bien. Esperemos que la próxima temporada también sea buena”, expresó para cerrar.