Tras dos temporadas de inactividad, el buque potero Espadarte sale a la pesca de calamar,  la embarcación perteneciente a la firma Profand fue sometida a una importante refacción que incluyó algunas reparaciones de rigor y la más importante el cambio de motor principal que se había dañado durante la última campaña.

Ayer mientras ultimaban detalles para la zarpada, algunos tripulantes se mostraban entusiasmados por volver a navegar en el gigante.

“La verdad es que estamos contentos, el barco está impecable, vamos a salir a probar máquina y ya el 12 comenzamos a pescar, esperamos tener suerte porque dicen que el pescado por el momento se muestra esquivo y los que salieron están haciendo muy poco, 2 0 3 t. por noche”, señaló a Mar&Pesca un tripulante.

El trabajador marítimo sumó algunos datos y apuntó que el potero Vieirasa Diecisiete también se estaba preparando para salir a la pesca. “Estos barcos salen juntos, el Vieirasa ya está amarrado y estamos esperando que calme un poco el viento para que abran el puerto porque ahora por las ráfagas tuvieron que cerrarlo”, indicó.

En el arranque de la temporada un buque que salió primero fue  el Vieirasa Dieciocho de Vieira Argentina y más recientemente se sumaron el arrastrero Verdel de Iberconsa y dos poteros  de Pesquera Santa Cruz; con la salida de estos  buques se movilizaron más de 130  tripulantes que arribaron al puerto deseadense para embarcarse.

Pueblo fantasma y las moscas de Land Farming

El inicio de la temporada genera no sólo expectativas entre los trabajadores que viven de la actividad sino también en los comercios. “La situación de Puerto Deseado es crítica, no se mueve un solo peso, nadie compra nada, parece un pueblo fantasma, todo vacío y para rematarlo poblado de moscas. Además del olor a podredumbre que va y viene según el viento  ahora tenemos el mosquerío que está en todos lados”, señaló un comerciante al graficar la grave situación ambiental que se vive en la localidad y que ya está provocando problemas en la salud de los habitantes.

La superpoblación de moscas fue en un principio vinculada con el vaciadero municipal pero ahora se sospecha que la causa de la problemática tendría su origen en la planta de tratamiento de residuos pesqueros Land Farming que no se habría ajustado a las normas y prácticas ambientales durante el tiempo que estuvo operando con desechos de langostino.