Noticias | 9 abr 2012
Solo un escaso porcentaje de barcos con asiento en Deseado salieron a la pesca
Con la participación de alrededor de 25 marineros de Puerto Deseado y 10 de Caleta Olivia, se llevó a Cabo en la pequeña localidad de Fitz Roy una protesta pacífica para solicitarle al Gobierno provincial que obligue a las empresas a tomar mano de obra santacruceña, pero lo cierto es que solo un escaso porcentaje de embarcaciones salió a la pesca.
Minutos antes de la partida dos marineros que oficiaban de voceros del grupo se reunieron con los concejales deseadenses y brindaron explicaciones sobre la dificultad que tienen para conseguir embarque. Asimismo plantearon su eterna enemistad con el SOMU y se quejaron de que tampoco consiguen que se los ubique en las guardias de puertos.
Como sucede en estos casos, los ediles con prácticamente nulos conocimientos sobre la actividad pesquera se comprometieron a interiorizarse sobre la problemática y a pedir informes a la Subsecretaríade Pesca sobre una cuestión que es competencia de la cartera de Trabajo a cargo de Raúl Santibañez y no de Juan Carlos Braccalenti a quien se lo fustigó casi con saña desde algunos programas radiales.
De todos modos la protesta que se organizó sobre una calle paralela a la ruta Nacional Nº 3, frente a la estación de servicio de Fitz Roy, hay que decirlo, no tuvo la prensa que se esperaba. Aunque si hubo una gran movilización policial, incluso de efectivos de esta localidad que tuvieron que viajar de apoyatura logística en caso de que se registraran incidentes con personas en la ruta, previendo el inicio del fin de semana largo, de todos modos, por suerte eso no ocurrió.
Algunos marineros que se comunicaron con Mar&Pesca retornaron decepcionados porque “la movida que se hizo no logró gran repercusión y desde el Gobierno nadie dio la cara ni siquiera nos atendieron los teléfonos, ahora se dice que el Gobernador nos va a recibir pero la mayoría duda que eso suceda. No pedimos subsidio, sino trabajo y que las empresas nos tomen y no prefieran a los correntinos”, recalcaron.
Un dato escalofriante
Pero ante el actual panorama que vive la pesca, no hace falta ser un entendido en la materia para darse cuenta que en esta encrucijada el Gobierno provincial no tiene demasiadas cosas para hacer; apretar a las empresas como fue la costumbre no arrojará ninguna solución. Además Basta ver el monitoreo para darse cuenta de un dato escalofriante que quizás algunos no lo advirtieron; de un total de 50 embarcaciones de Santa Cruz, solo 18 barcos están pescando. Aunque esta cifra parece no perturbar a los gobernantes locales, en especial al intendente Ampuero que planea pedirle al subsecretario de Pesca dela Nación Miguel Bustamante que arregle los temas de Deseado, incluso ya hubo una intentona hace algunos días cuando el diputado por municipio Roberto Fernández en ocasión de una charla que mantuvo con el alto funcionario dejó en sus manos un petitorio de imposible cumplimiento, entre los que figura, pedido de materia prima para la planta de kani kama Santa Elena, subsidios para los marineros, ayuda para expropiar la planta de Vieira y el regreso de los reembolsos por puertos patagónicos.
Fuentes de la Subsecretaríade Pesca confiaron a este portal que tanta desmesura causó preocupación en el funcionario, quien solo atinó a explicarle al legislador por municipio, que no estaba en sus manos poder cumplir con tamaño pedido, eso sí gentilmente, anunció que vendría a Puerto Deseado para entregar material a la Delegaciónde Pesca de la Nación y además como un gesto de cordialidad se ofreció a aclararle los alcances de la prórroga de las retenciones , y qué son en realidad las retenciones.
“Antes el golfo estaba lleno de barcos”
Con una lúcida mirada, el capitán del buque Borrasca Mariano Salar se mostró preocupado por la situación de las empresas locales. “Las cosas no están bien, no sabemos qué va a pasar, el langostino no tiene precio y los costos están cada vez más altos. No miento si te digo que de los años que llevo en la pesca jamás he visto un parate tan grande que no sea por conflictos gremiales, sencillamente las empresas no quieren sacar sus barcos a pescar porque muchas no tienen para el combustible, ni para pagarle a los marineros, dicen que pierden plata porque hay un gran stock en el mercado internacional y el langostino está barato. Pasa también con empresas de Chubut, es realmente preocupante y te digo la verdad me da miedo”, confió el capitán.
Salar reconoció que la incertidumbre se potencia porque “en parámetros normales la pesca en el Golfo no es mala, nosotros en 20 días de pesca hicimos 90 toneladas, y el langostino es de talla comercial y de muy buena consistencia, pero a pesar de esto las empresas no sacan los barcos, antes el golfo estaba lleno de tangoneros y ahora solo unos cuantos están operando y esa es una realidad que causa preocupación porque siempre se privilegia ante todo la salida de los barcos”, reflexionó por último.